Y entonces, acercándose un poco más, pudo admirar su belleza frente a él. Teniéndola dormida solo para él, era un espectáculo, en el que el era el espectador principal. Escuchaba sus gemidos, su respiración, incluso, sus labios entreabiertos...no debía perder más tiempo, pero temía arruinar el momento, despertarla de un sueño, tal vez..
"Tan triste estás, amor, cuando estás despierta, porque no puedo estar cerca tuyo. Tan lejos y distante te siento cuando estás en tu trono, altiva, seria, digna de belleza y admiración; pero cuando duermes, eres mía, me perteneces por unas horas nada más, pero aún así, te tengo aunque no lo parezca. Amarte es morir cada día, porque no puedo decírtelo frente a frente, porque anhelo febrilmente tenerte entre mis brazos y puedas olvidar que vas a ser desposada por aquel hombre que juré ante tu presencia asesinar. Pronto, amor, pronto, podremos estar juntos, cuando pueda liberarte de él, y cuando yo, pueda liberar mi alma perdida de esta maldición.."
Bien no había terminado, la Reina abrió los ojos, y con una bella sonrisa, se acercó al Caballero; al fin, pudo ver aquellos ojos que de lejos la observaban, pudo apreciar las pequeñas arrugas cerca de éstos; su armadura aún puesta, y sus labios aún esperando por ella...lentamente, estando aún más cerca, su respiración agitada, y su corazón latiendo más fuerte, le besó sin premura, con paciencia, para poder decirle todo lo que guardaba, todos sus pensamientos...como queriendo decir:
el amanecer los atrapó entre sábanas, mezclas de pieles y olores, manos entrelazadas, y cuerpos tibios...su amor había acabado de nacer...
3 comments:
thnk you!!
great post!
Adorable!!!
Me hace recordar aquellos adorables Cuentos de Hadas...
:)
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