Dime, aunque no sea verdad, dime...incomparablemente, no puedo encontrar un rastro tuyo, porque no has dejado huella alguna con qué seguirte.
Tráeme la noche, y con ella, la suave brisa convertida en tu voz, que me dice una y otra vez quiero y sólo esta noche, estar contigo...
No hay lágrimas porque no siento que te hayas ido; no hay tristeza porque no te has despedido; no hay amargura, porque no tengo manera de extrañarte.
Pero hay un olor, un olor dulce, mezclado con tu presencia y me envuelve y te vuelvo a tener, aunque por un instante, un frágil y efímero momento.
Los recuerdos aún nadan en las aguas de mi memoria; soy el naúfrago iluso y tú eres la isla que creo haber encontrado, a pesar de que por más bella y exótica que parezca, sólo es un sueño con un fantasma verde, con quien tengo ganas de estar...
Te deseo tuyo,
Te deseo mío
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