Una promesa sobre sangre...
La boda se celebró en un atardecer; la Reina envuelta en un hermoso vestido de encaje que definía su esbelta figura, caminaba hacia el altar, seria, altiva, serena, si no fuera por unas cuantas lágrimas que decoraban su rostro, cayendo en el ramo de flores que sostenía. Sabía que él estaba entre los invitados, en la parte de atrás, cubierto con su capucha, observando atento, aunque sentía una quemazón en su pecho; aún no es el momento, se decía entre dientes. Mientras escuchaba a su amada decir acepto, se prometió a sí mismo que mataría a Dante esa misma noche....
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