Útlimamente, me he dado cuenta de muchas cosas: lo mucho que llegué a quererte y lo feliz que sería contigo, si habría dado el todo por el todo por tí. Pero también me di cuenta de que habían cosas las cuales no veía porque estaba enfocada en ti nada más: como me estaba alejando de Dios, no oraba de la forma en la que lo hacía, y me olvidaba de lo importante. Pero tú también lo eres, pero no tanto como yo pensé que lo eras. No por eso te dejo ir, lo hago para darme cuenta de que hay más cosas adelante del camino en el que recorro y que no puedo quedarme atorada en un mismo lugar, sino moverme y avanzar. Te dejo ir, porque serás más feliz con otra que conmigo; te dejo ir, para que sepas lo mucho que te quise aunque no te lo decía a menudo, y porque mi vida y la tuya nunca llegaron a entrelazarse, por más que nos quisiéramos. Te dejo ir sin que te des cuenta siquiera; te dejo ir con un abrazo en la distancia y un beso en tus sueños; porque siempre te tendré en cuenta, aunque no lo sepas....
Porque llegué a darme cuenta que para encontrarte, tenía que perderte para siempre; y cuando te encontré, te dejé ir, porque también llegué a encontrarme a mí misma...
