Su dedo se paseaba por su tersa y suave espalda haciendo que ella se estremeciera dormida; lo que arrancó una risa silenciosa, mientras seguía explorando su cuerpo. De pronto, se detiene, y observa que bajo las sábanas, en su espalda un poco más abajo, había una gran cicatriz en forma de cruz...su rostro se tensó, su expresión cambió de manera repentina. Se preguntaba qué cosas ella guardaba que él desconocía...pero no quería despertarla...aún no; no ahora que le pertenecía aunque fuese sólo por esa mañana, aunque fuera por una mañana entera. Una suave voz le devolvió a la realidad:
-Me imagino que estarás preguntando por la cicatriz; un akuma me la hizo. Nunca pensé que existían en verdad, pensé que eran una fantasía, un mito. Pero al verle la mirada perdida, pero al mismo tiempo la sonrisa diabólica, sádica, me dije que el mundo ya no era lo mismo. Creía que iba a morir en ese momento, pero algo raro sucedió: como si al tocar mi cuerpo lo infectara de una rara enfermedad, explotó convirtiéndose en cenizas-dio la vuelta y encontró los ojos de el-por eso evitaba el contacto con todos; pero tú eras especial...
Kashimiro se sintió como si fuera el único ser que ella veía de esa manera, y era así: Zuka le amaba aunque él aún no lo entendía; pero en su corazón, precibía que también le amaba.
-Zuka...yo...
Ella puso un dedo en sus labios y no dejó que dijera palabra alguna. Se decían todo diciendo nada; se amaban sin reglas, sin esperar a mañana...solo ellos dos...Zuka se refugió en el cuerpo de Kashimiro, no sin antes darle un beso profundo, largo sin mucha prisa...esa mañana, era toda para ellos..Lentamente, ella durmió bajo los efectos de sus caricias y sus besos tiernos en su frente, y luego el durmió con una sonrisa...en verdad, el mundo les pertenecía esa fría mañana...
