Friday, June 17, 2011
Wednesday, June 15, 2011
Para Lucas
Lucas:
Son las 8:30am, y he estado despierta desde las 2:00am. He estado despierta porque nuevamente has entrado en mis sueños y mi corazón, y lo he permitido. No hace falta resistirme Lucas, estas aquí, eso es lo que importa. Esta debe ser la cuarta o quinta carta que te escribo, y créeme, que hay momentos en que quiero dejar de hacerlo a ver si de una vez por todas tu memoria desaparece y no vuelva a recordarte. Pero es que no quiero dejarte ir; me resigno a dejar de oler, de respirar tu ausencia, de acariciar la belleza de saber que no estas, de mojar la nostálgica tristeza de que no volverás. Estoy consciente de que jamás cruzarás la puerta, de que no me daras los besos que siempre me dabas, de los abrazos y caricias que me hacían estar mas cerca de ti.
Anoche hubo luna llena. Debiste haberla visto, Lucas. Era grande y hermosa, tal como te gustaba observarla. Parecía un ojo gigante echándole una mirada a la ciudad que se apagaba lentamente. Las estrellas estaban dispersas, y yo solo me concentraba en encontrarme con Orión. Desde que me enseñaste donde estaba, esa es la única constelación que siempre busco con ansias en aquel espejo del mar, como te solía decir entre bromas y vino. Y al encontrarla, sonreí con añoranza, porque te vi allí; tan alto, tan lejos, tan tu, tan Lucas, tan....
Ya no lloro, Lucas. Ya no me muerdo los labios resistiendo las lágrimas que salen desapercibidas de mis ojos. Ya no tengo la cara tan pálida. Ya ves, estoy mejor, y nuestros amigos dicen que tengo un poco de color, aunque estoy muy delgada, que tengo que estar fuerte por los niños, por los niños, Lucas. Por ellos es que no he tenido la valentía de irme contigo. Por ellos es que me despierto para llevarlos a la escuela, portate bien Salome, dale un besito a mama Alejandro. Al verlos, te veo a ti, Lucas. Cuando ríen, cuando lloran, cuando son traviesos. Salome siempre me dice que te extraña, aunque tengo la sospecha de que sabe como te fuiste. No me he atrevido a decirle, porque temo que no pueda aceptarlo. Alejandro de vez en cuando pregunta por ti, y le digo que estas en el Cielo, y al ver por la ventana que esta en el jardín tratando de subir por la escalera para poder llegar donde estas, yo solo río y una lágrima resbala por mi rostro.
Las noches ya no son tan frías. Son mas cálidas, y la cama no me parece tan grande. Porque al perderte te encontré, y al encontrarte me encontré a mi misma. Ya no duele, Lucas, no duele. Toca aquí, en el fondo, y te daras cuenta por ti mismo. A veces susurro te quiero, te quiero, te quiero, con la esperanza de que puedas escucharme y puedas estar un momento, para susurrarnos como aquellas noches en el sofá: te quiero, te quiero, te quiero....
Acercame tu ausencia hasta el fondo, pesadamente, tapándome los ojos, cruzame tu existencia, suponiendo que mi corazón esta destruido.- Pablo Neruda
Te amo Lucas,
Yo soy lo infinito, tu eres lo eterno,
Eloise..
Son las 8:30am, y he estado despierta desde las 2:00am. He estado despierta porque nuevamente has entrado en mis sueños y mi corazón, y lo he permitido. No hace falta resistirme Lucas, estas aquí, eso es lo que importa. Esta debe ser la cuarta o quinta carta que te escribo, y créeme, que hay momentos en que quiero dejar de hacerlo a ver si de una vez por todas tu memoria desaparece y no vuelva a recordarte. Pero es que no quiero dejarte ir; me resigno a dejar de oler, de respirar tu ausencia, de acariciar la belleza de saber que no estas, de mojar la nostálgica tristeza de que no volverás. Estoy consciente de que jamás cruzarás la puerta, de que no me daras los besos que siempre me dabas, de los abrazos y caricias que me hacían estar mas cerca de ti.
Anoche hubo luna llena. Debiste haberla visto, Lucas. Era grande y hermosa, tal como te gustaba observarla. Parecía un ojo gigante echándole una mirada a la ciudad que se apagaba lentamente. Las estrellas estaban dispersas, y yo solo me concentraba en encontrarme con Orión. Desde que me enseñaste donde estaba, esa es la única constelación que siempre busco con ansias en aquel espejo del mar, como te solía decir entre bromas y vino. Y al encontrarla, sonreí con añoranza, porque te vi allí; tan alto, tan lejos, tan tu, tan Lucas, tan....
Ya no lloro, Lucas. Ya no me muerdo los labios resistiendo las lágrimas que salen desapercibidas de mis ojos. Ya no tengo la cara tan pálida. Ya ves, estoy mejor, y nuestros amigos dicen que tengo un poco de color, aunque estoy muy delgada, que tengo que estar fuerte por los niños, por los niños, Lucas. Por ellos es que no he tenido la valentía de irme contigo. Por ellos es que me despierto para llevarlos a la escuela, portate bien Salome, dale un besito a mama Alejandro. Al verlos, te veo a ti, Lucas. Cuando ríen, cuando lloran, cuando son traviesos. Salome siempre me dice que te extraña, aunque tengo la sospecha de que sabe como te fuiste. No me he atrevido a decirle, porque temo que no pueda aceptarlo. Alejandro de vez en cuando pregunta por ti, y le digo que estas en el Cielo, y al ver por la ventana que esta en el jardín tratando de subir por la escalera para poder llegar donde estas, yo solo río y una lágrima resbala por mi rostro.
Las noches ya no son tan frías. Son mas cálidas, y la cama no me parece tan grande. Porque al perderte te encontré, y al encontrarte me encontré a mi misma. Ya no duele, Lucas, no duele. Toca aquí, en el fondo, y te daras cuenta por ti mismo. A veces susurro te quiero, te quiero, te quiero, con la esperanza de que puedas escucharme y puedas estar un momento, para susurrarnos como aquellas noches en el sofá: te quiero, te quiero, te quiero....
Acercame tu ausencia hasta el fondo, pesadamente, tapándome los ojos, cruzame tu existencia, suponiendo que mi corazón esta destruido.- Pablo Neruda
Te amo Lucas,
Yo soy lo infinito, tu eres lo eterno,
Eloise..
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