Wednesday, July 28, 2010

Calle

Sueños ilusos y esperanzas fallidas. Tomo el rumbo de la desesperación y me encuentro contigo, distraído, risueño, ajeno a mí. Celosa de que no te das cuenta de mi existencia, te grito y actúo como una niña a la que ignoran por pura diversión; más tú no haces nada y sonríes para ti mismo.

Sueños ilusos y esperanzas vacías. Nuevamente me encuentro contigo y esta vez te susurro al oído: pero nuevamente no haces nada y comienzas a caminar como si yo no existiera. Sueños ilusos y esperanzas rotas. Camino a tu lado de camino a casa, pero no estás solo; estas con ella. Tomados de la mano. Mirándose con cierta timidez y disimulo. Pero tomados de la mano. ¡Carajo! ¿Es que no me ves, hombre? ¡Estoy aquí! ¡Siempre lo he estado! ¿Qué debo de hacer para que sepas que estoy aquí?

Sueños ilusos y esperanzas huecas. Ya no sé qué hacer para que sepas que estoy aquí. Tomo el rumbo hacia lo desconocido y tú tomas el camino a casa con ella. Tomados de la mano. Mirándose con aire infantil. Pero tomados de la mano.

¿Y si fuera ella?

-No eres real-objeté con el tono pedante que empleaba cuando sabía que tenía razón.- Si fuese así, yo estuviera despierta.

Ella rió con una risa estridente que resonó en la estación. Miré hacia los lados por si alguien estaba ahí, más solamente estábamos nosotras dos.

-Siempre lo he sido- contestó entre risas- Solo que no lo sabías.

Entonces todas mis opiniones, posturas, pensamientos y teorías sobre su existencia llegaron a mi cabeza como un golpe con el puño. Desde ese momento supe que ella tenía la razón y que yo estaba equivocada, solo que era demasiado terca para demostrarlo. No me había dado cuenta de lo hermosa que era y mi ceguera no me permitía verla en realidad. Se acercó a mí con cautela, como si tuviese temor de que me alejara y me dio un tierno beso en la frente, provocando arrancarme una lágrima sin yo poder evitarlo. En cuanto susurré su nombre, había desaparecido.

¿Asesino?

Supuestas palabras que no llegué a escuchar con exactitud…tan solo llegué a oír “¡Asesino!, “Sangre”, ¿Porqué lo mataste?”. Pero mis sentidos estaban en otro universo, otro espacio, otro tiempo. Yo me encontraba en el pasado, y mi otro yo estaba en un futuro que con un cierto temo, se acercaría más pronto de lo que imaginaba…