Me levanté esta mañana diferente, como si la noche anterior había cambiado en una nueva persona. Sentí el aire frío de la mañana en mi habitación, y salí al jardín; el sol apenas salía, y el aire frío, fresco me rodeó y sonreí, aún sin saber porqué. La canción daba vueltas en mi cabeza, a medida que bailaba lentamente al son de la misma. Esa mañana fue eterna para mí, y la canción, la mejor medicina para mi atormentada alma.
Supe que "alguien" escribió sobre mi deseo cuando era niña: volar junto al globo que dejé escapar...
A él dedico este escrito...