Tuesday, May 26, 2009

Extrañandote



Desempolvo la piel de este silencio
que ruge como el miedo
y atenaza la carne y la palabra.
Y mi cuerpo se gira hacia tu cuerpo,
y mi boca otra vez muerde tu nombre.
La lujuria de un nombre
vuelve el cuerpo a la tierra.
Te nombro con la piel
de ayer, la que conserva las heridas,
la que sabe de lluvias y desiertos,
la que araña el fantasma de tus manos.
Te nombro con mi cuerpo desgarrado
con la voz de un animal en celo
con la sangre de un único latido.
Caminas sigilosamente por mi piel
en la nocturnidad y alevosía
cómplices de las sombras del pasado.
Y me enreda tu olor, llega a mi sangre
y sé amor que eres tú ya antes de verte.
Eres tú quien me parte en dos mitades,
hemisferios de mar y de simiente,
ecuador incandescente de la carne.
Ese beso agotado
de no ser, que aun respira entre mis labios,
el dibujo impreciso de las sábanas
colgado de mis dedos como espuma
que queda tras las olas,
las telarañas al borde de la piel
en los escombros de carne y mansedumbre
desesperadamente tuyos aun esperan.

Fran